En 1871, el escritor inglés Lewis Carroll publica un segundo libro con su pequeña heroína Alicia como protagonista: "Through the Looking Glass and What Alice Found There", es decir, "A Través del Espejo y lo que Alicia Encontró Allí" o, como lo tradujo genialmente Graciela Montes, "Cuando Alicia Atravesó el Espejo". Este segundo volumen continúa el éxito de "Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas" de 1865, libro con el cual mucha más gente está familiarizada, aunque en muchísimos aspectos es un texto realmente muy distinto, que se lee desde otra lógica, y que se desarrolla como una partida de ajedrez.
Por Martín Pérez
"Lewis Carroll Society Argentina"
Quizás el lector de esta nota no sabía que la historia de "Alicia" parte originalmente de una obra de la literatura, y que no es una mera invención de los Estudios Disney (aunque ciertamente la "Alicia" de Disney es la única que muchos conocen). Tal vez tampoco sabía que Lewis Carroll escribió dos libros que tienen a Alicia como protagonista, y no ya sólo uno... Bueno, ahora lo sabe: Disney no inventó "Alicia". En estos días se ha estrenado un nuevo film de la dupla Disney/Burton que lleva por título nada menos que "Alicia a Través del Espejo", un eco del título de un segundo libro de "Alicia" del escritor Lewis Carroll.
La ubicua película de animación de Disney de 1951 utiliza escenas y personajes de ambos libros: los gemelos Tweedles, la Morsa y el Carpintero, las Flores Parlantes, todos estos personajes y más son personajes del libro "Cuando Alicia Atravesó el Espejo". La película del 2010 de Burton hace lo mismo, utiliza referencias a ambos textos Carrollianos, y toma algunos personajes como el Jabberwocky, la Reina, ya no de Corazones, sino Roja y la Reina Blanca, transforma y adapta radicalmente (Alicia, su protagonista, es aquí una rebelde joven que se niega a seguir los roles preestablecidos por las normas Victorianas para su género).
¿O sea que este nuevo film, que asumimos se hace cargo de la herencia del libro de 1871, es una adaptación del segundo libro de Lewis Carroll? Bueno, no.
Puede que los Carrollianos hayamos ido a ver esta nueva película, pero algo desanimados y sin esperar mucho. Es que Burton no nos inspira tanto respeto como lo hacía en épocas de "El Joven Manos de Tijera": ¿por qué iba esta nueva película a ser buena, si ya su film de "Alicia" del 2010 fue —digamos— muy Disney para Burton, muy Burton para Disney? Sin embargo, no es el director de este nuevo film, es el productor; aunque ha dejado su impronta estilística tan peculiar a la que nos tienen acostumbrados. James Bobin es quien dirige, pero en todo momento parece que lo hace a la sombra del gran Tim: debe de ser extremadamente difícil matar una sombra tan gigantesca.
La historia se aleja tanto del libro original que no podríamos siquiera llamarla una adaptación, es más bien una película que responde a la práctica tan de moda del "spin-off", es decir, la derivación en una historia distinta, a partir de un personaje, o de una línea argumental, o de algún otro elemento de una historia anterior.
Este film que se estrenó ahora se pierde la posibilidad de llevar a la pantalla una historia magnífica, de una riqueza simbólica increíble. Por ejemplo, cuando la Reina Roja y Alicia conversan en el Capítulo 2 de "Cuando Alicia Atravesó el Espejo", la Reina insiste con que se muevan cada vez más rápido; al detenerse y observar dónde están, Alicia señala que no se han movido en absoluto a pesar de correr tanto, a lo que la Reina le responde que en efecto es así, y que "hay que correr lo más rápido posible para permanecer en el mismo sitio". ¡Ésta es una metáfora tan acertada de nuestra vida contemporánea! Hubiera sido excelente ver un film que utilizara una escena y una metáfora tal, usando los recursos que Disney tiene a la mano para dar a luz a una adaptación de calidad.
Hay films que han tratado de adaptar esta historia, o partes de ella, con mayor o menor éxito como por ejemplo, la versión de 1985 para la televisión, en la cual podemos ver a Carol Channing como Reina Blanca interpretando la canción con la que el compositor Steve Allen le puso música a esa línea genial del libro que dice "mañana mermelada y ayer mermelada, pero nunca mermelada hoy".
Es probable que, en un intento por enmarcar la recepción de este clásico dentro de la llamada "cultura de masas", sólo una mirada al contexto en el que se produce este nuevo film pueda explicar acabadamente el fenómeno "Alicia" hoy. Veamos.
Dos grandes lectores de los libros de Lewis Carroll han sido siempre la Psicología y la Filosofía. El paso de Freud y Jung por la cultura ciertamente nos permite rescatar una dimensión de profundo misterio en los libros de "Alicia" de Carroll y, claro, nuestra lectura se ha complejizado y se ha enriquecido enormemente a partir de ello. No veo por qué no pensar en un film de historia derivada como en un nuevo y enriquecedor agregado al hipotexto, a ese "texto original". Podríamos señalar cómo es que las investigaciones filosóficas de Ludwig Wittgenstein resignifican lingüísticamente lo que podría haberse pensado como un mero juego del "nonsense", el famoso género del sinsentido con el cual el escritor inglés es identificado a menudo. Y fue de hecho este filósofo quien argumentó que el significado de algo (de una palabra, un enunciado, una práctica) no está determinado y fijado por una serie de reglas o por una interpretación emanada de un criterio de autoridad, sino que está determinado por su uso en un contexto dado.
Así que, hablando de contextos, y hablando de la "Alicia" de Disney, no podemos dejar de contextualizar lo que está sucediendo aquí con esta historia que ya es clásico tanto de la cultura popular, como de la literatura universal. Estamos hablando de dos medios, literatura, por un lado, lenguaje cinematográfico, por otro, que comparten menos de lo que tienen de diferente. El estudio de la narración de uno y otro medio, por ejemplo, puede hacerse desde las mismas premisas y suposiciones, pero la dinámica de los dos lenguajes es completamente distinta.
Uno de los mayores problemas de la nueva "Alicia a Través del Espejo" radica probablemente en el hecho de que el film lleva la posibilidad de explotar el recurso de la imitación a un extremo casi paródico, como el exagerado Sombrerero interpretado por Depp. La llamada "Escuela de Frankfurt" tiene mucho que decir al respecto, el uso y abuso de la imitación que hace la nueva película de "Alicia" podría tal vez enmarcarse en lo que el filósofo E. Shils llamara "cultura mediocre", la cual utiliza la imitación como recurso y no satisface los criterios empleados para juzgar, por ejemplo, obras de la literatura. Hollywood se repite, y se repite hasta el cansancio, sobreexplotando el recurso de la imitación.
Muchas voces críticas han señalado la ausencia de una historia sólida y coherente en la nueva película de Disney. Claramente responde a la concepción de "masscult" de D. MacDonald: "El arte popular crece desde abajo, como producto autóctono, salido del pueblo para satisfacer sus propias exigencias [...]. La masscult desciende desde lo alto. La fabrican técnicos puestos al servicio de hombres de negocios". Mucho de lo producido por los Estudios Disney para consumo popular se inscribe indudablemente en esta descripción.
Si bien, al fin y al cabo, no somos tan puristas como para no ponernos contentos al ver que "Alicia" sigue inspirando expansiones, derivaciones, "spin-offs", e historias paralelas a partir de los mágicos mundos que hace un siglo y medio atrás ya imaginara Lewis Carroll, nos hubiera gustado ver más riqueza y complejidad en este nuevo viaje de un clásico que comenzó a rodar hace tanto. Y, hablando de rodar: ¿Disney...? ¿Burton & Company...?
¡Que por favor alguien haga ya rodar sus cabezas!