No hay bebida más fresca y amigable que el clericó. Esta bebida frutal es típica en Uruguay y Argentina, pero se le conoce alrededor del mundo, no solo por ser el maridaje perfecto para una buena pizza, una pasta, una ensalada, e inclusive un buen queso, sino por lo sencillo de su preparación. Su origen preciso es un misterio, ya que son varios los lugares del mundo donde se acostumbra a hacer esta deliciosa mezcla de vino tradicional y frutos de la temporada, pero existen algunas historias que aquí les compartimos.

Una versión cuenta que esta armoniosa bebida nació durante el Imperio Romano, cuando las legiones invadieron Gran Bretaña y Francia, sometiendo a la población celta.

Los romanos, que contaban con sus propias fiestas, se encontraron con varias celebraciones celtas, y las adoptaron. Una de ellas era el festejo del 31 de octubre, organizado en honor a Samhain, también conocido como El Caballero de la Muerte. Por su parte, los romanos celebraban a la diosa de los árboles frutales, y al final ambos festejos se unieron para compartir la tradición de remojar la vid y otros frutos en vino, que hoy conocemos como clericó.

Algunas versiones coinciden en señalar su nacimiento cuando los británicos llegaron a las regiones de Argentina y Uruguay. Para cualquier festejo, los británicos preparaban un bebida alcohólica muy refrescante llamada Claret up, elaborada a base de vino y frutas remojadas; después de un tiempo, este nombre evolucionó y se le comenzó a llamar
clericot.

Otra popular creencia nos remonta a la colonización inglesa de la India a fines del siglo XIX, cuando los ingleses que vivían en Punjab buscaban formas de refrescarse en medio de las altas temperaturas del verano y reinventaron esta bebida, incluso crearon una copa a la cual le otorgaron el nombre de "Clarete", diseñada para mantener el brebaje frutal fresco y evitar que los frutos se derramaran, de donde se cree derivó el nombre clericot.

Su elaboración es muy sencilla: inicialmente era una mezcla de vino blanco o tinto con fruta, pero actualmente se le agregan diferentes licores e ingredientes como champagne, naranja, jugo de manzana o hasta ron, vodka y cointreau. Se puede preparar con todo tipo de fruta de temporada, siendo las más frecuentes durazno, melón, manzana, fresa, uvas y kiwi. En ocasiones se utiliza sidra en vez de vino.

Generalmente se evita incluir sandía entre las frutas, con base en un mito urbano que sostiene que la combinación de vino con sandía tiene efectos letales.

También en muchas regiones donde se prepara, se acostumbra invitar un poco de clericó a las personas que estén de visita a la casa o establecimiento, tanto en diciembre o los días típicos calurosos del verano.

Desde ya y considerando que según se dice: "el sabor de la vida está en el placer de vivirla", pongamos en práctica alguna de las sugerencias hechas párrafos más arriba y brindemos con un sentido "Salud".

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