La obra es un proyecto becado por el Fondo Nacional de las Artes que indaga sobre el concepto de lo sagrado. Estreno el 18 de octubre en La Grieta de la Ciudad de La Plata.
Por Ro Tierno
Ph: Juan Araya
El título quizá tendría que haber sido esta cita de la dramaturga y directora platense Jazmín García Sathicq: “la historia del teatro platense es la historia del teatro independiente”, y en esa historia ella es, sin duda, una de las actuales exponentes. Con más de 20 años de trayectoria, una vida dedicada al teatro (empezó a los 7 años), Sathicq emprende una vez más el arte de montar una obra: Cerca de los Cuerpos, lo sagrado, de su autoría y dirección.
El proyecto comenzó con la lectura de Poética de lo sagrado (Colihue, 2015), de Adolfo Colombres, que llevó a la autora a realizar una investigación acerca de la noción de lo sagrado en distintas culturas, y de allí “pensarlo en el hoy, en el hombre y la mujer contemporánea, para repensar la vida en relación a lo sagrado y lo profano”, aclara.
Se trata de una obra que si bien contiene lo teatral, plantea un acercamiento a la temática desde lo performático y lo visual, apelando a la creación de imágenes sonoras, corporales, visuales, que interpelen al espectador desde el imaginario y desde su propia noción de lo sagrado. “La idea es que puedan replantearse su cosmovisión, su visión de lo sagrado, su cultura, su forma de ver y pensar el mundo y las cosas. Si bien hay historia, hay personajes, no es narrada de una manera clásica ni convencional”.
Cerca de los cuerpos, lo sagrado, tiene diseño y realización sonora de los músicos performers Vladimir Zegarra, Loren Schaller Aramburú y Bernardo Bergsztein. Un despliegue de diversos instrumentos en escena logra crear una sensación de ritual, el espacio como ‘templo sagrado’.
Si bien solemos asociar lo sagrado a lo religioso, la dramaturgia pretende ir más allá y abordar el concepto desde el ser, despojado de género y condición social, ir por fuera de los sistemas religiosos y alcanzar una consciencia y exploración sobre la existencia. Sobre esto, Sathicq expresó que en la investigación previa encontró una forma de pensar lo sagrado: “Lo sagrado es una forma de ver al mundo. Cuando uno cree que la vida, la naturaleza, las personas, tienen un lugar de vínculo directo con el sentido de la existencia y del mundo empieza a significar todo de otra manera. No tiene que ver con lo religioso en sí, en cuanto a creer que existe un dios, sino empezar a conectar con la vida, la naturaleza, y los otros, de la manera que eso cobre una entidad sagrada para uno”.
Tarea complicada para estos tiempos donde, si bien existe una conexión, cada vez es menos palpable y relegamos a una pequeña pantalla la cálida y a veces incómoda tarea de mirarnos a los ojos. “Es un interés poner en juego en la obra esto que dice Adolfo Colombres sobre la época del vacío, el concepto de vaciamiento, que está relacionado con este hombre posmoderno que se basa solo en lo racional y va creando una distancia con los seres y su sentido de vida, se va aislando. Él dice que esto no es casual, es producido, con el objetivo de que cada vez las personas se vinculen menos, sueñen menos, como un debilitamiento de la esencia del vivir del hombre”, comentó Jazmín.
¿Qué balance podés hacer de todo este tiempo haciendo teatro?
El teatro es inagotable, no basta la vida de uno para encontrar exactamente la definición de qué es. Sí el sentido, porque tiene que ver con una búsqueda existencial dentro de un lenguaje que siempre está de la mano con los temas que te interpelan, que te atraviesan, en la búsqueda de un lenguaje poético, con un resultado estético pero a la vez metafórico que hable de lo que uno quiere hablar, entonces es todo un universo que se pone a disposición de la creación para encontrar sentido a la vida, a las cosas. Creo que ese es un gran lugar de aprendizaje sobre la vida, usando el hecho teatral.
¿Cuáles siguen siendo las dificultades de encarar un proyecto teatral?
Por un lado los artistas tenemos un ímpetu de hacer y vamos a seguir haciendo sea favorable o no el lugar de la política cultural que se le da al teatro y a la promoción del mismo, y por otro lado son hechos que desfavorecen o favorecen la producción. Hay una realidad política y económica que influye, estamos viviendo en crisis hace varios años ya, con toda la inflación que hay lo primero que suelen recortar las personas es el tiempo ocio, para el disfrute, el placer, y en eso entra la cultura, dejan de ir al teatro, de ver música, de escuchar poesía y se apoyan más en los dispositivos tecnológicos que son aparentemente de menor gasto pero el costo que se llevan es otro.
¿Crees que existe una forma del teatro platense?
Algo muy propio es la producción autogestiva, prácticamente no hay lugares oficiales de producción, si bien está la Comedia de la Provincia son pocos los espectáculos al año que genera, entonces la mayor producción es de teatro independiente. Eso es lo más importante, la historia del teatro platense es la historia del teatro independiente. Tiene siempre un compromiso político, un compromiso en la búsqueda del propio lenguaje, de crear nuevas formas, nuevas estéticas y que abarca un gran panorama de diversidad de propuestas, no sólo en géneros y estéticas, sino también en teatro para chicos, adultos, etc.
¿Por qué crees que el público debería ver esta obra?
Está bueno pensar para qué va uno a ver arte, en búsqueda de qué. Y creo que ahí está la propuesta, poder encontrarse con un lugar mucho más sensorial, existencialista, con un sentido de belleza que atraviesa las afectaciones humanas en cuanto a las sensibilidades, pero que busca una transcendencia para buscar el sentido. Esperaría que puedan encontrase como seres sensibles sintiéndose atravesados y que se vayan con muchas preguntas acerca de su vida.
Forman el elenco de Cerca de los cuerpos, lo sagrado les performers, bailarinas y bailarines, actores y actrices: Laura Belmonte, Renée Zgainer, Jésica Alegría, Nahuel Ortiz, Alejandro Labaronne y Jonatan Anaquín. El vestuario y escenografía es de Pheonia Vélez y Sofía Camparo; diseño y realización sonora de los músicos performers Vladimir Zegarra, Loren Schaller Aramburú y Bernardo Bergsztein; asistente de dirección Mariano De Castro; dramaturgia y dirección de Jazmín García Sathicq.
Estará los días 18, 19 y 20 de octubre en La Grieta, y luego tendrá funciones en la Sala 420 y El Dínamo.