Es inevitable. Su fisonomía lo delata. Aún cuando quisiera pasar de incógnito, nadie tardaría mucho en notar que es uno de los hijos del inolvidable Alberto. Mariano Olmedo era un asiduo visitante de La Plata cuando se desempeñaba en el viejo Canal 2 como asistente de dirección de "Piluso y Coquito", su primer trabajo. Desde el último diciembre, su vínculo con la ciudad es otro, al haber sido designado por el Secretario comunal de Cultura, Gustavo Silva, como nuevo director del Centro Cultural Islas Malvinas.
por Walter Szulmilo
Ligado a la esfera de la publicidad, el cine y la TV y docente de la Universidad de Lomas de Zamora desde hace unos quince años, Olmedo confía en que su experiencia en la actividad privada lo ayudará a darle una nueva impronta al espacio público hoy a su cargo.
"No vengo de la política. Mi mamá fue pionera de la TV argentina desde el año '54 y mi viejo llegó a ser lo que fue desde la pobreza. Somos una familia de trabajo y trabajando es como funcionan las cosas", consigna.
Conseguir que un proyecto llegue a buen término, entiende también, depende de ser criterioso para planificar y ejecutar las acciones. Algo así como lo que sucede a quien hace cine. "Cuando filmás, tenés que planificar y gastar los recursos con los que contás en cumplir con esa planificación, sino la película no se termina. Esto funciona igual", expone en tal sentido.
Su perspectiva, advierte, es diferente a la que puede ofrecer la política 'tradicional'. "La política siempre habla y promete, para después hacer lo que puede. Nosotros nos trazamos el objetivo de recuperar el Malvinas, no para demostrar que podemos hacerlo, sino porque, por su historia, este lugar tiene que estar bien. Se necesita de menos palabras y más acción", considera.
Un poco 'golpeado'
Al aceptar el desafío de hacerse cargo del espacio, Olmedo encaró un diagnóstico. "El lugar estaba un poco golpeado", resume al compartir conclusiones, enumerando 'techos rotos, filtraciones, pisos levantados y el faltante de algunas donaciones'.
"El barrio pedía respuestas inmediatas, porque la gente se pone ansiosa, es lógico. Se fue trabajando de a poco y hoy podemos decir que lo que estamos haciendo está a la vista", afirma, insistiendo en que la clave para que el Malvinas ingrese en una nueva fase 'está en la labor diaria y en equipo'.
El Centro Cultural conserva la decena de empleados con la que contaba en la gestión anterior. "Hubo en este tiempo sólo una incorporación, no más", advierte Olmedo. "Con los empleados, que son todos platenses y quieren mucho este lugar, nos pusimos de acuerdo en un montón de cosas y creo que están contentos con esta nueva propuesta de trabajo", completa.
Entre los objetivos que Olmedo se traza para el mediano plazo figura, además del de resolver problemas básicos de infraestructura, el de potenciar el sector del 'microcine'. "Tiene que dejar de ser una sala pelada con una pantalla y cuatro sillas", marca, adelantando que se avanza en la idea de instalar en el sector un sistema de energía solar que lo haga energéticamente autosustentable.
El plan incluye también la colocación de un toldo que cubra la zona central del patio, para que los eventos que vayan agendándose puedan llevarse adelante en un ámbito 'amigable', preservado de las inclemencias climáticas.
Siempre algo
El Malvinas permanece abierto todos los días entre las 10:00 y las 22:00, pero el mayor caudal de visitas se registra entre viernes y domingo, en buena medida por la articulación con el atractivo que como pulmón verde ofrece la plaza y con la propuesta culinaria del café-restaurant que funciona en el complejo.
"Es un lindo paseo y es bueno que la gente sepa que puede venir porque siempre va a encontrar algo", menciona Mariano Olmedo para referirse a la dinámica que se le pretende dar al espacio.
En el plano estrictamente artístico, considera un lujo contar con Hans Müller como director del MUGAFO, el Museo Gráfico y Fotográfico que funciona en el Centro Cultural. "Es un artista multipremiado, con gran criterio y permanentemente volcado a la innovación", define
A la propuesta en el campo fotográfico se suman las muestras plásticas de artistas visitantes y fundamentalmente las de creadores platenses. El objetivo es que cuenten con un espacio apropiado 'para lucirse', que además les sirva de 'trampolín' para proyectarse hacia otros puntos del país y el mundo.
Otro baluarte del espacio es la Videoteca Aquilea, a cargo de Marco Catullo. "Tiene títulos increíbles, que no se consiguen en un videoclub. En La Plata todos saben quién es Marco y es una valiosa fuente de consulta a la que podemos apelar", expresa el director del Malvinas.
En cuanto a la programación de conciertos, exposiciones o ciclos, explica que se define en forma consensuada con la Secretaría de Cultura. La intención es, en este caso, tener una mejor perspectiva para evaluar cuál -de los varios con que cuenta Cultura- es el espacio apropiado para permitir a cada propuesta conectar mejor con el público.
Finalmente, relativiza un discurso instalado en algunos ámbitos político-culturales desde los que se acusa al signo político hoy al frente de la comuna de 'rivalizar' con la 'cultura popular'.
"Creo que quienes dicen que se cierran centros culturales o que se va a desmantelar la cultura deberían prestar un poco más de atención, porque ciertamente eso no pasa y a los hechos me remito", subraya.
Fotos por Roberto Borda